Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, 3 de febrero de 1947) es un escritor, guionista y director de cine estadounidense, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006.
Paul Auster es, por excelencia, el escritor del azar y de la contingencia; como no cree en la causalidad, persigue en lo cotidiano las bifurcaciones surgidas por errores o acontecimientos aparentemente anodinos. Esto sucede en La trilogía de Nueva York, en La música del azar, y sobre todo en Leviatán, en su excepcional escena central. Su estilo es aparentemente sencillo, gracias a su trabajo y conocimiento de la poesía, pero esconde una compleja arquitectura narrativa, compuesta de digresiones, de metaficción, de historias en la historia y de espejismos (El cuento de Auggie Wren). También describe existencialmente la pérdida, la desposesión, el apego al dinero, el vagabundeo (en El palacio de la luna, cuyo personaje central se llama Marco Stanley Fogg, en una especie de unión de estos tres grandes viajeros). También se cuestiona la identidad, en especial en la La trilogía de Nueva York en la que uno de sus personajes (que no es el narrador) se llama como él; en Leviatán, en la que el narrador tiene sus iniciales (Peter Aaron) y conoce a una mujer llamada Iris (anagrama de su esposa Siri); o en La noche del oráculo, donde un personaje se llama Trause (anagrama de Auster). La enfermedad, el mimo en la descripción de los objetos de papelería, la metaliteratura son señas de identidad recurrentes que se dan en su obra.
El cuento de Navidad de Auggie Wren fue primero texto impreso en un periódico norteamericano, The New York Times. La historia cuenta que ahí lo conoció el director de cine Wayne Wang, y que enseguida lo llamó a Paul Auster y le dijo que quería hacer con él una película.
En la película, que se llamó Smoke en inglés y Cigarros en español, Paul tiene que escribir un cuento de Navidad por encargo para un periódico, y por eso Auggie Wren le cuenta una historia de la cual él mismo es también personaje. El cuento de Navidad de Auggie Wren, editado en Buenos Aires por Sudamericana, cuenta la historia que Auggie le contó a Paul, y cuenta también la historia de cómo Auggie llegó a contarle a Paul su historia.
Aquì va parte del cuento (para leer el cuento entero, cliqueà aquì)
... El proyecto ascendía ya a más de cuatro mil fotografías.
Cada álbum representaba un año diferente y todas las fotografías estaban dispuestas en secuencia, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, con las fechas cuidadosamente anotadas debajo de cada una.
Mientras hojeaba los álbumes y empezaba a estudiar la obra de Auggie, no sabía qué pensar.
Mi primera impresión fue que se trataba de la cosa más extraña y desconcertante que había visto nunca.
Todas las fotografías eran iguales.
Todo el proyecto era un curioso ataque de repetición que te dejaba aturdido, la misma calle y los mismos edificios una y otra vez, un implacable delirio de imágenes redundantes.
No se me ocurría qué podía decirle a Auggie; así que continué pasando las páginas, asintiendo con la cabeza con fingida apreciación.
Auggie parecía sereno, mientras me miraba con una amplia sonrisa en la cara, pero cuando yo llevaba ya varios minutos observando las fotografías, de repente me interrumpió y me dijo:
- Vas demasiado deprisa.
Nunca lo entenderás si no vas más despacio.
Tenía razón, por supuesto.
Si no te tomas tiempo para mirar, nunca conseguirás ver nada…
El cuento de Navidad de Auggie Wren
Paul Auster
Ilustraciones de Isol.
Edición y traducción de Mariana Vera.
Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
Editado también como El cuento de Auggie Wren (Barcelona, Editorial Lumen, 2003).